Habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo Soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. Éxodo 20:1, 2.

Dedicaremos este mes al estilo de vida de los redimidos: la ética bíblica. Lo primero que nos viene a la mente, como el mayor emblema de la voluntad moral de Dios para el ser humano, son las dos tablas de piedra escritas por el dedo de Dios: los Diez Mandamientos.

Pero lo notable de esta Ley es que antes de prescribir ninguno de los mandamientos morales, Dios hace esta afirmación: “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre”.

Antes de proclamar sus deberes, Dios le recuerda al pueblo de Israel que él es su Libertador, su Redentor, el Dios todopoderoso, fuerte, que lo liberó “de casa de servidumbre”, de la esclavitud del poderoso imperio egipcio, del cual jamás se podrían haber librado por sus propias fuerzas. Ahora sí, como pueblo redimido, libre, perteneciente al Dios verdadero y Salvador, lo llama a vivir una vida de santidad, de pureza moral y de bondad, indicada en los Diez Mandamientos.

De la misma forma, Dios quiere guiar tu vida por el camino de la santidad, de la verdadera bondad, del bien, de la nobleza. Pero sabe que por causa del pecado, eres esclavo de tu naturaleza caída; de las tentaciones casi irresistibles de ese ser más poderoso que tú, Satanás; de las seducciones y presiones morales de esta sociedad corrompida. Por esa razón, sabiendo que no podrías vivir con tu propio poder a la altura de los ideales morales para ti, Dios primero te asegura su redención, su poder libertador de la esclavitud del mal: la justificación por la obra redentora de Cristo y la santificación por el poder del Espíritu Santo. Y ahora sí, redimido, Dios te invita a armonizar tu vida con los ideales morales condensados en los Diez Mandamientos.

¿Anhelas una vida de pureza moral, nobleza y rectitud? No encontrarás una guía mejor para estos ideales que la Ley de Dios, y no encontrarás mayor poder para cumplirlos que la obra de su Espíritu en ti.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El tesoro escondido” Por: Pablo Claverie






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